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Requiem por la bailarina de una caja de música

El reportaje del abuelo Ramón en el diario de la tribuna

El reportaje del abuelo Ramón en el diario de la tribuna

Con el tren de la vida al cien por cien

Augusto Cabezas, conocido como Ramón, cumplió el 7 de mayo un siglo • Este ferroviario de profesión ha guiado la novela de su nieto 'Réquiem por la bailarina de una caja de música'

 
latribunadeciudadreal.net
Raquel Santamarta

Augusto Cabezas, conocido por sus familiares y amigos como Ramón o Ramoné, está en la cuarta edad, esa etapa en la que ya «no hay mal que cien años dure», más que nada porque justo acaba de dar por cumplido un siglo de vida rodeado de los suyos y con la salud en mayor o menor medida de su parte. El pasado día 7 de mayo se daba cita en el Hotel Santa Cecilia con sus allegados para celebrar por todo lo alto que es centenario y este viernes ponía rumbo a Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) para acompañar a su nieto, José Ramón Gómez, en su intervención en la I Jornada Internacional de Novela Negra 'PÑ-Negra'.
No en vano, Augusto Cabezas ha sido una «fuente de inspiración» para José Ramón en Réquiem por la bailarina de una caja de música, cuya trama se desarrolla en Ciudad Real en el año 1925, en el marco de la dictadura del general Primo de Rivera y revela el incipiente movimiento obrero que se estaba gestando antes de la proclamación de la República. Y es que cien años de vida dan para mucho, y si de algo puede presumir este abuelo centenario es de tener una mente lúcida que le permite recordar los hechos que han marcado su existencia.
«Le he ayudado a ambientar la novela», asegura restándole importancia. Pero si echa un vistazo atrás en el tiempo, y compara el pasado con el presente, se indigna. «Entonces había muralla y la Puerta de Toledo estaba bastante mejor conservada, pero lo han tirado todo. No respetan nada del patrimonio, de lo antiguo», se lamenta.
Todos los días Ramoné, como siempre le han llamado sus seres más queridos, baja a comprar el periódico: algo de prensa local y El País. Luego, da un paseo por la ciudad y se toma una cervecita o un chato de vino. «Siempre me ha gustado leer novelas, que entonces costaban 50 céntimos, y estar informado», según pone de manifiesto. No obstante, los tiempos que corren no están para recibir noticias. «Los políticos son unos bandoleros y este país cada vez va a peor», sentencia sin ningún pelo en la lengua. «Ahora nos vienen con el recorte de las pensiones», apostilla.
(Más información en el periódico en papel)    

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