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Requiem por la bailarina de una caja de música

DEL MAESTRO ENRIQUE BIENZOBAS

http://ebienzobas.blogspot.com/

Ayer se presentó en Ciudad Real la novela de José Ramón Cabezas, Réquiem por la bailarina de una caja de música. El acto se inició con la introducción por parte de la bella concejal de cultura, Lydia Reyero, La Mancha es un buen lugar para una buena historia, como hace José Ramón, que nos regala con una historia de la vida de no hace muchos años. Suya fue una frase tan hermosa como ella: “soñar a través de sus páginas”, refiriéndose a la novela de José Ramón.

Alejandro M. Gallo partió de Poe y de las grandes urbes para llegar a la novela negra periférica, las alejadas de las grandes ciudades, las historias de las aldeas, de los pueblos. Yo creo que en la mente de todos los que escuchábamos estaban las aventuras de Plinio en su Tomelloso.

El turno pasó luego a Jesús Muñoz, representante de la editorial Ledoria, que aseguró tener que luchar por el escaso margen que las grandes editoriales dejan a las pequeñas. Anunció el próximo empeño de la Editorial dedicado al libro electrónico.

Por último habló José Ramón Gómez Cabezas. La novela surgió desde las entrañas de Ciudad Real, desde su abuelo, un personaje de la historia presente en el acto. Un hombre tranquilo que conserva la lucidez, la planta y las ganas de vivir. Queriendo ser lo más objetivo posible con la propia historia y con un deseo, saltar desde La Mancha al universo, algo que a buen seguro lo va a conseguir. El propio título de la novela es una metáfora que sirve para presentar a la víctima.

La novela negra se mezcla con la historia, con años muy comprometidos. Y es que, como dice José Ramón, el motivo más fuerte de que así sea es su abuelo. Los paseos a los que llevaba a los hermanos Gómez y las historias que les contaba. Así surgió el deseo de escribir una novela.

Alguien del público sugirió que no es necesario saltar al universo desde las grandes ciudades, y puso el ejemplo de los personajes de Sciascia, que se convierten en personajes universales desde la Sicilia profunda. Lo mismo va a ocurrir con Joaquín de la Vega, como ya ha ocurrido con Ramalho desde Vallecas.

Alejandro había hablado de las muchas horas de grabación de historias orales que se realizan y conservan en Asturias. Algo que ese mismo individuo del público, que no tiene vocación de mosca cojonera, sugirió a la hermosa concejal de cultura la posibilidad de que se haga algo parecido en Ciudad Real.

No quiero terminar este resumen sin hablar del marco que sirvió a la presentación, el Museo López-Villaseñor. Un magnífico edificio de construcción austera, que fue de Hernán Pérez del Pulgar, El de las Hazañas, propio de La Mancha, que alberga la obra de Villaseñor. Confieso que no conocía nada de este pintor, confieso mi ignorancia. Pero prometo estudiarle a partir de ahora. Me impresionó profundamente algunos de sus cuadros.

Ayer, 29 de diciembre, el Museo cumplió uno de los objetivos del propio Villaseñor: fue un organismo vivo.

Me fui contento de Ciudad Real. Llevaba en el bolsillo una novela, en la mano una botella de vino de la tierra –regalo de José Ramón- y en el corazón la certeza de que allí dejo amigos.

GÓMEZ CABEZAS, JOSÉ RAMÓN: Réquiem por la bailarina de una caja de música. Editorial Ledoria. Toledo, 2009. 189 páginas. ISBN: 978-84-95690-45-6.

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